En YouTube, una de las plataformas con mayor número de visitas mensuales en internet, existe una multitud de videos (y de inimaginable diversidad temática). Mucho de ese contenido, sobre todo el que mayor calidad presenta en producción y contenido, suele provenir de un acto sustentado en la creatividad, en la capacidad que el Ser Humano tiene para mostrar las ideas desde una óptica distinta a las formas convencionalizadas o recurrentes en que la mayoría lo suele hacer. Ahí es donde radica una de las propuestas más importantes que Sir Ken Robinson ha hecho desde hace casi 40 años.


Este personaje (Ken Robinson), es un educador, escritor y conferencista inglés, que aborda como premisa principal de su propuesta de enseñanza, la aplicación del teatro en la educación. Y, hablando de los proyectos creativos, dicha iniciativa se apega congruentemente a la revolución que Robinson propone.


Uno de sus videos en las populares charlas TED, habla sobre la modificación en el proceso educativo; y lo plantea haciendo una analogía con la crisis climática que Al Gore ha propuesto (desde hace más de 40 años). Ken Robinson habla en la charla TED, sobre una crisis igualmente importante a la climática, sobre todo identificando los recursos humanos como Recursos Naturales que de a poco se van desperdiciando para un mejor desarrollo de nuestra especie.


Esta crisis parte del alejamiento que el sistema educativo que se conoce hasta ahora, ha provocado un distanciamiento entre el individuo y sus talentos, habilidades e ideas propias; es decir, una ruptura entre la capacidad intelectual, racional, emocional y, sobre todo, creativa, para la resolución de la vida cotidiana y otros retos.


La educación, urgentemente requiere de una revolución. Esto es una sentencia que muchas voces han mencionado en diversos sistemas educativos del mundo; pero pocos han podido alcanzar; no sólo por situaciones políticas, sino por la propia carencia de propuesta y sobre todo, la complejidad para la ruptura de los paradigmas tan arraigados: un verdadero cambio que nos lleve a visionar formas distintas, nuevas, rediseñadas para el abordaje de dicha labor.


Las circunstancias actuales de una pandemia, la inserción de la tecnología con un rol tan protagónico en el acto educativo, las nuevas formas de aprendizaje que estamos propiciando y estamos adquiriendo, los aprendizajes de nuevas herramientas… son circunstancias que, indefectiblemente nos deben llevar a entender que las circunstancias de la vida como se conoce cada día, son altamente modificables. Y ahí es donde radica el reto de aprender, de construir nuevas formas para estudiar, para aprender. Que las motivaciones para saber y conocer, se deben reinventar también.


Desde la necesidad de Revolución Educativa, es que parte la UAL: aportando capital de conocimiento, de ideas, metodologías y alternativas para acercar el conocimiento y la preparación académica, pensando en todos aquellos que buscan revolucionar el mundo, los paradigmas y sus propios sueños.


No se trata sólo de modificar lo que conocemos, sino de proponer nuevas alternativas, con viabilidad, con pertinencia. Esta revolución se cierne en tiempos como la crisis actual, donde las alternativas requieren ser descubiertas, donde el talento está necesitado de mostrarse y valorarse.


La universidad es ese espacio donde se plantean las interrogantes, los debates, los dilemas… y que los estudiantes, con el conocimiento adquirido, propongan la resolución a dichos cuestionamientos: entender que eso es lo que toca hacer, y que ahí radica la impronta para el cambio de los paradigmas tradicionales.